Dentro de los sistemas constructivos, el entramado ligero está compuesto por la unión de vigas de madera arriostradas entre sí mediante tableros estructurales y colocados a poca distancia, y rellenos de material aislante. Así, se diseñan y construyen con estructuras de madera los muros, forjados y cubiertas que al unirse funcionan como una estructura espacial en 3D perfectamente estable y arriostrada.
El uso intensivo de la madera y materiales naturales, las uniones en seco y la drástica reducción de residuos hacen de este sistema una alternativa muy sostenible comparada con la construcción tradicional. A nivel estructural, se distribuye y alterna la carga del edificio a través de muchos elementos de pequeña dimensión y las piezas suelen ser normalizadas y certificadas, con lo que se facilita la intercambiabilidad, la modulación y la prefabricación.
Las uniones entre materiales son sencillas, sin juntas, sin ensambles especiales ni herramientas pesadas, y se logra una alta productividad uniendo piezas de madera entre sí con clavos y grapas.
Las cavidades que deja el sistema de entramado permiten el paso de instalaciones y el relleno con aislante y así la vivienda es más fácil de aislar e impermeabilizar que la vivienda tradicional. Es por ello que las viviendas construidas con este sistema tienen un alto grado de flexibilidad, tanto en el diseño inicial, como en los cambios ulteriores, si son necesarios. Al mismo tiempo, el sistema es muy tecnificado y controlado: exige en su diseño gran cantidad de detalles constructivos especiales,
debido al elevado número de piezas que se emplean.
El sistema constructivo en madera es por tanto mucho más ligero que el tradicional, necesita cimentaciones más ligeras y económicas, minimiza el impacto ambiental de excavaciones y movimientos de tierra, y economiza sensiblemente la fase de obra civil de la construcción.