De los sistemas constructivos, el hormigón celular se trata de un elemento constructivo de composición homogénea y maciza aunque ligero y que no necesita de un aislamiento adicional. Es un material 100% mineral, con lo que no contiene componentes químicos y es, por tanto, totalmente reciclable.
Así pues, el hormigón celular está compuesto a partir de agua, arena, cemento y aire. Como podemos observar, son todo materiales orgánicos, con lo que el proceso de fabricación del propio material es respetuoso con el medio ambiente y si se compara con la fabricación de otros materiales, requiere además de poca energía.
Estas son algunas de las ventajas que tiene el hormigón celular:
– Posee una elevada resistencia a la compresión, que varía en función de la densidad del material. Esta es mayor si tiene una densidad elevada. La resistencia de los muros construidos con hormigón celular permite realizar viviendas colectivas de varios niveles.
El El hormigón celular es un material muy ligero y pesa un 50% menos que otros materiales similares, lo que permite mucha comodidad a la hora de transportarlo y trabajar con él. También es fácil de cortar, serrar, clavar o incluso fresar.
– Tiene propiedades ecológicas gracias al ahorro de materias primas que se produce en su fabricación. Para fabricar el hormigón celular se utilizan las siguientes materias primas: arena blanca con un 95% de sílice, cal, cemento, agua y un agente de expansión.
– Resistente a los agentes químicos y la absorción de agua. El hormigón celular dispone de una estructura de poros cerrados y escasa capilaridad que hace que el proceso de absorción de agua sea muy lento. Se considera un verdadero regulador de la humedad, ya sea suavizando el aire seco o absorbiendo el exceso de humedad. De esta forma, este material contribuye a crear un ambiente agradable en toda la casa, sin provocar problemas de condensación en los muros exteriores.
– Destaca su excepcional resistencia al fuego. Gracias a su bajo coeficiente de conductividad térmica, el flujo de calor a través del hormigón celular es muy bajo, pudiendo llegar incluso por debajo de los 80º C en la parte interior con una temperatura mayor de 1000º C en el exterior, sin pérdida de estabilidad estructural e impermeable al gas y a los humos.
– Tiene una gran capacidad de absorción acústica, que hace que parte del sonido incidente en una estructura de hormigón celular rebote hacia el lugar de origen, mientras que otra parte muy pequeña es absorbida por la propia pared haciendo que el sonido en el interior sea mínimo.
– Es un gran aislante térmico. Se mantiene un ambiente interior fresco y agradable, tanto en verano como en invierno, gracias a las reducciones y equilibrios de las fluctuaciones a las que están sometidos los edificios. Esto se consigue gracias a que la conjunción favorable del aislamiento térmico, la capacidad de acumulación de calor y la masa del material de construcción, hace que las paredes fabricadas con hormigón celular puedan minimizar estas fluctuaciones de temperatura.
El creciente consumo de energía es uno de los mayores problemas ambientales de la sociedad y, en este sentido, el hormigón celular responde a las exigencias básicas de la limitación de la demanda de energía establecidas. El hecho de no necesitar un aislamiento adicional permite realizar muros de un solo material y una sola hoja.